Esta fase será obligatoria y tendrá carácter individual o colectivo. Podrá realizarse de forma presencial o a través de medios telemáticos.
Durante esta fase, el asesor orientará al candidato para aportar las evidencias a incluir en su historial profesional y formativo y que puedan ayudar a demostrar sus competencias profesionales, así como a cumplimentar el cuestionario de autoevaluación.
Esta fase finaliza con la realización por parte del asesor o asesora de un informe orientativo sobre la conveniencia de que el aspirante acceda a la fase de evaluación y sobre las competencias profesionales que considera suficientemente justificadas. Si el informe es negativo (no se consideran demostradas las competencias profesionales) se indicará al candidato la formación complementaria que debería realizar.
Dado el carácter no vinculante de dicho informe, el aspirante es quien decide finalmente su participación en la siguiente fase.